Con este artículo pretendemos ayudar a los consumidores a entender los parámetros que nos pueden aparecer en la compra de una bombilla, flexo o lámpara. Hace unos años, la única referencia que teníamos eran los watios. Más watios, más luz. Menos watios, menos luz. Pero en los últimos tiempos todo se ha complicado, y mucha gente no sabe en qué fijarse. Vamos a intentar explicarlo paso a paso.
1. ¿ Qué son los watios?
Los watios son lo que consume una lámpara. Cuantos más watios tenga, más dinero nos cuesta encenderla. En general, cuando se trata de lámparas del mismo tipo ( halógenas, fluorescentes, led…), un mayor número de watios implicará más luz, pero esto no siempre es así.
2. ¿ Qué son los lúmenes?
Los lúmenes son la luz real que dan las lámparas. Últimamente es el parámetro más importante a la hora de comprar un aparato, ya que nos indica la cantidad de iluminación que vamos a tener. Podemos medir la eficiencia de una lámpara según el número de lúmenes por watio que nos da. Por ejemplo, una bombilla incandescente de 100W nos da unos 1000 lúmenes, mientras que una bombilla fluorescente de 21W nos da los mismos lúmenes. Pero aún más eficientes son los led: nos bastan 11W de consumo para lograr también 1000 lúmenes. Por lo tanto, cuantos más lúmenes y menos watios tenga una bombilla, mejor opción será. Actualmente, los led son los que ofrecen una mayor eficiencia, y de hecho están acabando con el resto de clases de lámparas.
3.¿ Qué es la temperatura de color?
La temperatura de color nos dice el tipo de luz que da un aparato, que puede ser más blanco o más cálido. Se mide en grados Kelvin ( ºK), y curiosamente, cuantos más grados tenga una lámpara, más frio es el color. Los tonos más habituales son 2700ºK ( luz cálida), 3000ºK ( blanco cálido), 4000ºK ( blanco neutro) y 5000ºK o más ( blanco frío). Generalmente, en habitaciones, salones y zonas de estar se opta por temperaturas de 2700 o 3000ºK, mientras que en cocinas, oficinas o zonas de trabajo se usa más el tono 4000ºK o superior.
4. ¿ Qué es el ángulo de emisión?
En el caso de los focos es la apertura del haz de luz. Un ángulo muy pequeño ( entre 4 y 36º ) implicará que la luz es muy concentrada. Nos iluminará mucho una zona concreta pero dará poca luz general, por lo que es adecuado para resaltar objetos en escaparates, museos… Las bombillas halógenas dicroicas tradicionales tenían una apertura de entre 36 y 60º, que resultaban suficientes para una iluminación más amplia. Sin embargo, las bombillas led suelen tener hasta 100 o 120º de ángulo, que las hace ideales para iluminar amplias zonas sin sombras.
5. ¿ Qué es el índice de reproducción cromática?
Es un índice que mide la calidad de la luz y la forma que tiene de reproducir los colores. Se mide de 0 a 10. La reproducción perfecta es la que tiene la luz del sol, que nos muestra los colores tal y como son, mientras que una reproducción defectuosa sería por ejemplo la luz naranja de las farolas o túneles, que nos hace ver todos los colores iguales. Los tipos de bombillas que más se aproximan a la luz del sol son las incandescentes y las halógenas, con valores cercanos al 10 ( aunque son las peores en términos de eficiencia energética), mientras que las fluorescentes o las led tienen unos valores de entre 8 y 9.
6. ¿ Qué significa 36W827 o 18W840?
En ocasiones se usa este tipo de nomenclatura, que para el consumidor medio suena a chino, pero que es muy sencilla de entender. Por ejemplo, si leemos en una bombilla 36W827 significa que esta bombilla consume 36W, tiene un índice de reproducción cromática de 8 y una temperatura de color de 2700ºK, mientras que si pone 18W840, consume 18W, tiene un IRC de 8 y una temperatura de color de 4000º. De todas formas, esta manera de señalar los datos cada vez se usa menos, y los fabricantes suelen poner más claramente cada una de las variables.
7. ¿ Cuánto dura una bombilla?
En general, la duración se mide en horas. Redondeando, una bombilla incandescente duraba unas 1.000 horas, una halógena 2.000, una fluorescente entre 6.000 y 10.000, mientras que las led pueden llegar a 30.000 o incluso más. Cuando un fabricante nos da la duración en años, lo hace calculando un uso de 3 horas al día. Es decir, si pone que una lámpara dura 5 años, significa que dura unas 5.000 horas. La forma en la que se usa una bombilla influye mucho de cara a su duración final. Cuantas más veces la encendamos y apaguemos, más corta será su duración. Una misma bombilla va a durar más en una oficina, donde se enciende una vez al día, que en el baño de una casa, donde se está continuamente entrando y saliendo, a pesar de que en la oficina se use muchas más horas. No obstante, la experiencia nos dice que casi ninguna lámpara dura lo que promete.
Todos estos son, de forma abreviada, los parámetros más importantes a la hora de comprar una lámpara. Siempre que sea posible, es aconsejable ver “ en directo” la luz que nos va a dar, ya que todas estas variables pueden cambiar de una marca a otra o incluso de una remesa a otra.